Gestionar las emociones en la oficina.
Por Alfredo Fernández Lorenzo.
EOI Escuela de Organización Industrial.
“No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”.
-Jorge Bucay
Una magnífica película de Pixar (Inside out), ha puesto de manifiesto cómo las emociones condicionan y, probablemente, guían nuestro comportamiento,
por muy racionales que creamos ser (pensamiento, emoción y acción son
eslabones de la misma cadena, según la Psicóloga Emocional Ciara Molina).
Los expertos en análisis transaccional identifican cinco emociones básicas: miedo, alegría, tristeza, enojo y afecto, aunque algunos las reducen a dos: me gusta o no me gusta.
Las emociones son naturales, resultado de la actividad química y
eléctrica del cerebro, y cada una tiene un significado y utilidad
específica.
Es bien conocido que reprimir las emociones es muy perjudicial para la salud, tanto mental como también física. Pero, por contra, en el ambiente profesional, saber controlar las emociones es crítico,
y no sólo para las personas que trabajan directamente con los clientes,
ya que, sino, pueden afectar nuestro trabajo, nuestro rendimiento, la
calidad de nuestro desempeño, con funestas consecuencias profesionales.
Las emociones, positivas y negativas, se sienten, y no sólo no se
pueden evitar sino que es bueno que se manifiesten, pero podemos
reaccionar de forma diferente ante las mismas emociones, y eso depende
sólo de nosotros. Y no sólo me refiero a las emociones que se generan en
el entorno laboral, sino también a las que traemos de nuestro entorno
familiar o de ocio.
Cuando podemos estar sometidos a emociones negativas muy fuertes, es imprescindible desarrollar estrategias para poder controlar y manejar estas situaciones.
Algunos consejos en ese campo pueden ser:
1. Intenta mantener la calma en todo momento. Para ello, puede ser útil recurrir a la relajación
o al pensamiento positivo, intentando alejar los pensamientos
negativos. Debemos tratar de liberar tensiones, ya que muchas veces son
la causa de que aparezcan emociones negativas.
2. Tómate tu tiempo en tomar conciencia de tus emociones,
en identificar lo que sientes de verdad. Conocer y aceptar lo que se
siente, es un paso decisivo para gestionar las emociones, y para ello,
es bueno verbalizar el problema y detectar lo que se siente ante él.
Sería algo así como practicar el diálogo interno.
3. Piensa antes de actuar. El sabio consejo popular, “cuenta hasta 10“
4. Controla tus impulsos al expresarte. Debemos intentar que nuestras emociones no se traduzcan en las palabras que salgan de nuestra boca.
5. Si sientes la necesidad de exteriorizar tu descontento (llorar, maldecir…), lo mejor es alejarse y hacerlo en privado.
Una vez recobrada la compostura, se podrá intentar recomponer la
situación con compañeros, jefe o quien haya generado el descontento
desde la tranquilidad y con más garantía de éxito.
6. Plantea un objetivo positivo. Ante un problema
que genera una emoción negativa, podemos quejarnos y sentirnos una
víctima, lo que agrava estas emociones, o plantearnos qué podemos hacer
para revertir, o al menos paliar, la situación problemática y plantear
un plan de acción para alcanzarlo.
7. Ante excelentes noticias (promociones, aumento de sueldo…), recuerda que estás en la oficina y que es conveniente guardar la compostura.
Además, mostrar una alegría desbordante puede generar ampollas o
rencores en aquellos compañeros que no estén en la misma situación.
8. Practica una tecla de “borrado emocional”. Ante
una situación que te afecte de forma especialmente negativa y que no
puedas gestionar en ese momento, recurre a personas, situaciones,
recuerdos… que te sean especialmente placenteros. La conexión con algo
positivo ayuda mucho al restablecimiento emocional
Las organizaciones en general y los jefes en particular,
deberían tomar conciencia de la importancia de las emociones en el
entorno profesional, y ayudar a su adecuada gestión. De eso trataré en
otra entrada de este blog, aunque podemos anticipar que medidas como las
que plantea el jefe de Dilbert, probablemente no son las más
aconsejables.
14 sep 2015 por Alfredo Fernández Lorenzo
Alfredo Fernández Lorenzo
Economista y MBA. Soy consultor en estrategia empresarial y coach ejecutivo, además de profesor de EOI.
Alfredo Fernández en LinkedIn.
Licencia:
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